Las etiquetas han sido siempre un elemento fundamental para el buen funcionamiento de la cadena de suministro. Son el carné de identidad de cada unidad logística, la garantía para el consumidor vea que ese producto cumple las reglamentaciones obligatorias para ser comercializado y, por tanto, reúne las condiciones de calidad necesarias.
En la actual situación de alarma sanitaria, el etiquetado ha ganado aún más importancia. La población está más sensibilizada respecto al origen, la composición, las condiciones de elaboración, el trayecto a través de la cadena de suministro, la reciclabilidad, y en general cualquiera de los aspectos que se contemplan en el etiquetado, sobre todo, de los productos alimentarios y de consumo doméstico (limpieza del hogar, higiene personal, cosméticos).
Los hábitos de compra han cambiado significativamente durante el último año, con un aumento muy importante del comercio online. Por tanto, también las empresas distribuidoras se han tenido que adaptar, así como el resto de actores implicados en la cadena de suministro, incluidos los proveedores de etiquetado.
Las empresas especializadas en sistemas de etiquetado, codificación y marcaje, como UBS, han adaptado el montaje de sus equipos de acuerdo con las nuevas exigencias de prevención sanitaria. La automatización de los procesos, y el hecho de proveer un servicio integral, que minimiza la intervención humana, aporta optimización de costes y tiempo, y facilidad a la hora de adaptar cualquier línea de producción a las necesidades del mercado.
Los nuevos hábitos de consumo a raíz de la pandemia
Durante la pandemia, además de la explosión del comercio a distancia, la demanda de determinados productos, especialmente alimentarios y de higiene, ha experimentado picos muy superiores a los habituales. Esto ha supuesto un reto muy importante para la cadena de suministro, que ha podido responder de forma óptima gracias a la eficiencia de los sistemas de etiquetado.
Otro sector que se ha visto desbordado por la demanda es el farmacéutico; primero para la distribución de elementos de protección y prevención, como mascarillas, guantes y geles hidroalcohólicos, y después para la provisión de vacunas contra la Covid-19. No debemos olvidar que cualquier artículo que vaya a transitar por la cadena de suministro debe ir correctamente codificado, un reto al que la industria del etiquetado ha respondido con enorme eficacia.
La innovación tecnológica es un factor que juega a favor para superar obstáculos que años atrás serían difícilmente asumibles. Equipos de impresión de la máxima precisión, como los de UBS, adaptables a cualquier línea productiva y capaces de responder a la más alta exigencia en velocidad sin penalizar la calidad, son una herramienta imprescindible para superar los retos más complejos.
Los retos de la industria del etiquetado
Entre estos, y aunque ya se les está dando respuesta de forma satisfactoria, hay que contemplar:
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La complejidad de consolidar la gestión de los procesos de trazabilidad, salud y seguridad asociados al gran aumento de operaciones de comercio online. En la cadena de suministro automatizada, la precisión en la información compartida entre todos los actores es crucial; y el elemento que la transmite es la etiqueta.
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Otro gran reto es la estandarización del proceso de etiquetado y la consolidación de la automatización que, ante la previsión de aumento de la demanda, evite los errores relacionados con las operaciones manuales.
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La tecnología RFID es una solución eficaz y ágil para compartir la información entre los distintos agentes que intervienen en la cadena de suministro. Sin embargo, requiere el compromiso de los proveedores de etiquetado.
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La sostenibilidad. El incremento de envíos y la necesidad de dar una respuesta rápida a la demanda no puede ir en detrimento del compromiso con el medioambiente. Al contrario, la sostenibilidad va a continuar siendo una prioridad. Por eso, sistemas de impresión respetuosos con el entorno, como los que proponemos en UBS, son la mejor solución.